Y así quiero permanecer: Eternamente niña, de espíritu y actitud.
Tengo la firme creencia de que, madurar es la habilidad de volver a la inocencia, la candidez y la diafanidad de la niñez; y para eso estoy trabajando.
Erradicar de mi corazón el rencor y la desconfianza; prohibir la malicia de mis actos; reír y sonreír permanentemente; mirar el mundo con ojos esperanzados; disfrutar cada momento, y aceptar humilde cada situación de la vida. Jugar con lo que tenga en las manos, no aburrirme nunca.
Dar cariño a los que me rodeen, desear el bien para todos por igual; cantar y bailar de manera cotidiana; correr y saltar cuando me apetezca. Aceptarme como soy, y compararme con nadie.
Soñar y perseguir aventuras diariamente; disfrazarme de pirata y navegar aguas desconocidas; cultivar la curiosidad y ser una estudiante eterna de la vida.
Una niña, con la el pelo blanco por los años. Infantil e inocente quiero llegar a la ancianidad...
Lissette
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