Entre el 2019 y el 2020 me las ingenié para visitar más de sesenta y cinco ciudades y pueblos en diez países europeos.
A mis cuarenta y nueve, y luego cincuenta años, me las arreglé para encontrar las energías, y recorrer Sola lo mejor de cada una de esas ciudades y esos pueblos.
En este blog te he ido contando mis aventuras, percepciones y recuerdos.
Viajar sola, para mi, es filosofía, estilo de vida...Me gusta el reto de motivarme a mi misma, saber que solo yo soy responsable de mi, y encargarme de planificar lo mejor para mi viaje.
La seguridad es uno de los temas más importantes para mi; y cuido mucho los lugares en que elijo hospedarme; si es que decido quedarme por más de un día (¿hotel o apartamento?; zona de la ciudad o del pueblo; ¿me quedo o solo me paso el día?). Además soy muy consciente de que si salgo a cenar, o a bailar, o a disfrutar de algún espectáculo nocturno, solo me tengo a mi, para mantenerme segura y llevarme sana y salva a mi lugar de destino....Te puedo asegurar que disfruto, bailo, canto y salto: ¡Siempre consciente y alerta!
Luego de un año de aventuras, de viajar bajo tormentas de nieve, entre montañas, por grandes metrópolis, recorrer lagos y ríos, en medio de una pandemia mundial, en trenes, teleféricos, autobuses, a pie, en aviones y barcos; regresé a mi país...
Y al regresar a mi país, me di cuenta de que vivir, encargada de mi misma, no es posible. Por más que me quiera cuidar, no hay manera de cuidarme....Si no me auto confino (y no por la pandemia), si no limito a la mínima potencia mis movimientos, si no me someto a las restricciones de movilidad que determina el país, no podré sobrevivir...
¿Cómo puedo explicarme a mi misma, que después de cuidarme exitosamente por un año, en más de 65 ciudades y pueblos, ya no puedo confiar en mí misma; que debo tener miedo, que debo encarcelarme en mi hogar, que debo limitar mis movimientos, que no soy libre de circular a mi estilo, que eso NO es posible en mi propia tierra?
Lissette
Comentarios
Publicar un comentario