Hoy quiero expresar lo que en mi interior grito: ¡Soy una ciudadana dominicana!. Amo mi país y me duele: Siempre me ha dolido y siempre lo he amado, desde niña.
En el transcurso de mis cincuenta años de vida, he tenido la oportunidad de conocer otros países y ciudades del mundo; y he tenido contacto con otras culturas y pensamientos. Esto sólo reafirmó en mí, mi dolor y amor.
Amor, porque República Dominicana verdaderamente lo tiene todo. Extensa y compleja historia (para ser un país joven); rica cultura; hermoso, abundante y completo territorio; gente sencilla de amplia sonrisa y noble corazón.
Dolor, porque se ha jugado a eternizar el caos en un país tan pequeño y con tan pocos habitantes. Cuando una ha tenido la oportunidad de ver cómo, países enormes en territorio y población, pueden tener éxito en su funcionamiento; en República Dominicana duele ver cómo se apuesta al desorden.
Mi alma Dominicana sufre. Sufre porque no puede ser libre y disfrutar de su propia tierra. El caos arropa y tronca sueños. Las simples cosas se hacen complejas y difíciles de conseguir. El día a día del caos te atrapa, y va dirigiendo los pasos hacia entramados inexplicables e innecesarios.
Con el tiempo, una se va acostumbrado, sin quererlo, a renunciar a libertades y derechos: NO puedes caminar por la ciudad; TIENES que tener “UN AMIGO” para que te consiga lo que quieres; DEBES aparentar; ESO es así, déjalo ASÍ....y muchas, muchas, muchísimas más expresiones, que nos bajan la cabeza y nos someten al CAOS eternizado.
Se me parte el corazón al darme cuenta de que aquí, en mi amado país, no podré alcanzar mi simple felicidad añorada. No podré disfrutar de mi ciudad, como lo hago en otras tantas ciudades extranjeras. No podré ser yo, simplemente yo, porque no va de acorde a la realidad que se SUFRE en este país.
Hoy, expongo lo que mi alma y mi corazón gritan a modo de denuncia: Como Ciudadana Dominicana me siento y tengo pleno derecho. Lo hago porque, ilusamente, pensé que algún día, yo podría disfrutar de mi República Dominicana, como lo hago en otros lugares del mundo....¡No pudo, no ha podido ser!
Yo no quiero vivir en el CAOS, no quiero vivir presa en mi propia tierra: No quiero que crimen, desorden, e ineficiencia tracen los pasos que puedo y quiero dar.
¡Soy una ciudadana dominicana que no puede, con normalidad, vivir en su tierra!
Con dolor,
Lissette
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