Camino a Suecia, y de regreso de Suecia, tuve la oportunidad de recorrer algo de la impresionante República Federal de Alemania (Deutschland).
Ya en uno de mis viajes europeos en solitario anteriores, había conocido Berlín, pocos años luego de la caída del Muro, y la unificación. Fui de fin de semana, desde La Haya en Holanda (donde participaba en un curso de verano, sobre Mercadeo Hotelero). En esa ocasión, y buscando economía, había elegido un hotel en la recién abierta parte Oriental. Al haber llegado antes de la hora del check-in, me permitieron dejar mi pequeña mochila en la habitación (que aún estaban limpiando)...Cuando regresé al hotel, en horas de la tarde, mi equipaje había desaparecido; y así, me encontré en Berlín, ¡con lo puesto! Después de un reporte infructuoso en la policía (que me entendieron la octava parte de lo que les decía en inglés); decidí disfrutar del resto de mi visita, a una ciudad que deja en ti el deseo de volver...
En este viaje en tiempos de Pandemia, quise incluir Hamburgo (en mi ida a Estocolmo desde París; y de camino a Múnich desde Malmö). La Venecia de Alemania, o el Ámsterdam alemán; así, me he enterado, que algunos describen Hamburgo; por la cantidad de canales que entrecruzan la ciudad. Yo le saco su plato aparte a esta interesante Ciudad; que conjuga lo moderno con lo clásico; y que tiene una historia y una importancia comercial, que la hacen situarse en un peldaño solo para ella. Caminar Hamburgo, y tratar de entender su trazado urbano, es un placer que pienso repetir alguna vez.
Múnich fue la otra ciudad alemana que elegí conocer, en esta vuelta por Europa en el 2020. Solo puedo decir, de mi visita a la capital del estado federado de Barviera, que me dejé atrapar por la orillas del Río Isar, el que recorrí por kilómetros, y en cuyas aguas me refresqué.
De igual manera, me dejé contagiar por el ambiente veraniego que los habitantes de Müchen parecen disfrutar como pocos europeos que he conocido, en El Jardin Inglés (uno de los parques urbanos más extensos del mundo); y donde te sorprende encontrar a unos surfistas de ciudad, que aprovechan las olas del Eisbach o Arroyo Frío, que lo atraviesa. Si hubiera de vivir en Alemania, ¡creo que ya elegí en qué ciudad vivir!
Entre una vuelta y otra, en tren por Alemania, disfruté de un largo recorrido a orillas del Río Rin, con sus incontables castillos; y tuve la oportunidad de dormir en mi propio compartimento, en un tren de noche, al estilo “Expreso de Oriente”.... ¡Definitivamente Alemania es uno de esos países, en los que es un deleite viajar en tren!
Lissette
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