Estás a cargo de tu itinerario, de motivarte a salir a conocer algo nuevo cada día, para aprovechar el tiempo. Te corresponde ser tu guardaespaldas, tu guia turístico, tu coach personal, tu “amena compañía”, tu valet, tu médico, tu traductor, tu asistente personal...
Estás a cargo de que no te falte nada en tu viaje, de alimentarte correctamente, de saber cuando debes descansar, de planificar cada paso que des...¡de cuidarte! Debes saber historia, geografía, algo de climatología, ser políglota (o por lo menos tener ciertos conocimientos básicos de lingüística). Saber cocer, planchar y asegurarte de que “pones la aguja en su justo lugar” (tener todos los documentos, pertenencias y efectos de viajes en orden y no extraviarlos).
Tenerte paciencia, ser humilde contigo y comprenderte es primordial para evitar autoflagelaciones. Solo tú serás responsable de lo que te ocurra en el camino; y es tu deber para contigo saber cuidarte, mimarte y entender lo que vas sintiendo y experimentando a cada paso.
Viajar en solitario conlleva una gran responsabilidad; y también es una gran satisfacción cuando te das cuenta de lo que te vas conociendo y apreciando en el proceso.
Por esto, y por incontables motivos más, te invito a hacerte cargo de ti, y emprender alguna vez, una aventura contigo y junto a ti...
Lissette
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