El amor por los viajes fue creciendo conmigo desde los días de mi infancia....Nació fruto de esas horas que pasaba viendo películas y programas de televisión junto a mi abuela paterna., a través de ellos viajábamos a Mexico,a Argentina o a España.........El deseo de viajar crecía cada vez que leía un libro, conocía personas de otros paises, o si alguien de mi familia venia de algun viaje: ¡Se veían tan felices, contaban tantas historias!
Las memorias, siempre me dije, serían lo que ayudaria a sobrellevar la vejez....Siempre me he imaginado, sentada en una mecedora, con una sonrisa en la cara, reviviendo mis viajes por los mundos de Dios....No importando el grado de movilidad que posea cuando llegue a ser poseedora de muchos años, me sentiré satisfecha si soy capaz de seguir recreando con mis recuerdos todos esos lugares visitados, esas personas conocidas, esas comidas degustadas, esas musicas bailadas, esa arquitectura admirada y esos paisajes disfrutados...
Hoy, hago acopio de esos tesoros que tenía reservados para cuando tuviera más años...En estos momentos de soledad impuesta por las circunstancias que se estan viviendo en el mundo, he vuelto a viajar montada en las alas de la memoria...Que bendecida he sido, y cuanto me alegro de haber alimentado esa afición por viajar.
En circunstancias como estas, en las que el encierro hace que los minutos parezcan eternos, reservo vuelos imaginarios..... Ahora por ejemplo, viajo de vuelta a mi querido Paraguay...
Lissette
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