Hoy te cuento de mi Rincón más entrañable, hoy te invito a "La Salita de Mrs Teapot"...No,no estoy abriendo de nuevo mi extrañada salita de té y café, solo quiero que la recordemos juntos, contar algo de su historia.Al entrar muchos nos transportábamos a Europa, cualquier ciudad predilecta, cualquier país. Era como entrar en una dimensión paralela, un viaje que inicié en Septiembre del 1995.
El olor a café que te arropaba cuando accedías al pequeño local parecía provenir de los dos sacos cuidadosamente colocados a ambos lados de la puerta: ¡Te seducía!...Muchos sucumbían al deseo de tocar los granos de café en esos sacos-eso me divertía-era un reflejo inevitable…Un saco de granos de café verde y uno de café tostado. Pero el olor a café no provenía de los sacos, era del café recién molido -que se vendía por libra- y del café recién colado. A veces, si teníamos un par de horas sin moler café, lo molíamos solo para despertar el olor en la pequeña salita...¡Ah, cuantos recuerdos!
La decoración fue una inspiración mía y para la que conté con excelentes profesionales (la arquitecta Trina y mi querido arquitecto Carlos Baéz Brugal); era un collage de recuerdos de mis viajes en solitario por Europa (que te cuento en entradas de blog anteriores), de imágenes inéditas que mi mente inventaba de libros leídos, de películas, hasta de música. El papel tapiz con delicadas flores y la barra con tope de caoba mezclada con pino pintado en un tono verdusco, eran el foco central del espacio. Mesitas redondas con sillitas a tono, adornos antiguos, objetos que recordaban el té y el café; cuadritos con paisajes de la campiña inglesa, libros de poesía, una chimenea, un reloj de finales de siglo XVIII (marcaba sus horas con campanadas y todo), la maquina de espresso dorada...¡Ay, cuantas memorias!
La música confieso que era muy medalaganaria, dependía mucho de mi “mood” del día, de la época: podías escuchar a Luis Miguel cantando "Reloj", como a Edith Piaf cantando "Rien de Rien".....o quizá a Air Supply, Sade o a Silvio Rodriguez, piezas de Mozart (¡no Mozart la Para, por supuesto!), de Vivaldi.....o quizá música barroca, o Djavan!...¡Ah,Saudade!
Un menú, plasmado en un elegante diseño de mi inolvidable Boris Damirón, era ambicioso e inventado de inicio a fin: El café Mrs. Teapot, el Cascanueces,el Chocolate de la Abuela, el Cappuccino con Panna, la Tisana Relajante, la Criolla......los tés de la India, de Kenya, de Sri Lanka, de Japón, de China.....el Bizcocho de Té, el Fondant de Chocolate, el Pie de Chinola, las Galletitas de Jengibre, los Bisquits, la Mozzarella con Puerro...¡Ay, lo vivido!
El servicio era personalizado, complaciente. Recuerdo que lo primero que le decía a los muchachos que contrataba era: "Aquí hay de todo, si no lo tenemos nos lo inventamos o lo mandamos a buscar, nunca digan que no”.También les decía: "Estén atentos al cliente, hablen con ellos, sugiéranles, añoñenlos”...¡Ah, los sueños!
Fueron unos años hermosos: conocí mucha gente, vi muchas cosas pasar en esos 88 metros cuadrados, en el segundo piso de la Plaza Andalucía I: Padres e hijos, parejas, amigas, amigos conversando animadamente, señoras con sombrero, novios pidiéndoles matrimonio a sus novias, parejas peleando, parejas enamoradas, caballeros brindando, damas coqueteando, estudiantes escapados de sus escuelas, universitarios tomándose un “brake”, personas leyendo tranquilamente un libro, personas con invitados extranjeros, futuras madres celebrando sus “baby showers”, negocios cerrándose, familias completas: desde el abuelo hasta la nieta.......¡Ay, cuantos recuerdos!
Y tú lector: ¿Fuiste alguna vez a La Salita de Mrs. Teapot? ¿Cual será tu recuerdo preferido de La Salita?.... Anímate y comparte tu "memoria Mrs Teapot" favorita...
Lissette
Comentarios
Publicar un comentario