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Zermatt



¿Continuamos con nuestro viaje?...Suiza se ve pequeña en el mapa, comparada con sus gigantes vecinos europeos; pero tiene innumerables y entrañables Rincones que descubrir....

Ya me acompañaste a Ginebra, Interlaken, al recorrido por el lago Thun, a Berna, a la montaña de los pre Alpes berneses Schilthorn (y su Restaurante giratorio Piz Gloria, donde se filmaron algunas escenas de la película de James Bond 007 “Al Servicio de Su Majestat”).
Luego me trasladé a Zurich, para desde allí seguir con recorridos como el que te conté de Lugano (con su hermoso lago y pueblos cercanos como Gandria), la montaña alpina Rigi, el recorrido por el lago Lucerna y la mágica ciudad de Lucerna...

Pues hoy voy a tratar de transmitirte mi entusiasmo con Zermatt...Como te mencioné en la pasada entrega de Blog, este lugar quedó grabado entre uno de los lugares a los que me gustaría regresar muchas veces.

¿Esquío? No...Aún así Zermatt me enamoró a primera vista; y me atrevo a decirte, que lo disfruté mucho más que los cientos de esquiadores a los que les pasé por el lado y con los que compartí trenes, funiculares y teleféricos.

Zermatt es una población alpina en la que no hay vehículos de motor, localizada a 1,620 m y que se encuentra en las faldas del Monte Cervino (Matterhorn). Se llega únicamente en tren, taxi o helicóptero (yo, como te imaginarás, llegué por tren con mi súper ticket: El Swiss Travel Pass). El recorrido en tren desde Brig, y que pasa por Stalden, St. Niklaus, Randa y Täsch, es todo un espectáculo de por sí...y cuando por fin llegas a Zermatt sientes que te quieres quedar a vivir allí (a pesar del frío, sí, te lo aseguro). Recorrer las pequeñas y encantadoras callecitas del pueblo es un deleite: sin tráfico, solo con unos pequeños carritos eléctricos, que sirven de taxis, que te pasan de vez en cuando por el lado. Está lleno de tiendas, cafés, restaurantes, cabañas y hoteles...Eso sí, las ganas de quedarte se te quitan desde que te enteras del precio de las habitaciones, a menos que cuentes con un generoso presupuesto; pero eso es lo único que me encontré costoso (era temporada alta), pues el lugar te ofrece opciones de alimentación muy variada (yo me deleité con vino caliente y salchichas).

Luego de recorrer un poco el pequeño pueblo de Zermatt, y tomarle fotos desde todos los ángulos posibles al Matterhorn (Monte Cervino, la montaña más icónica de Suiza); me dirigí a la estación de teleféricos, para subir al Palacio Glaciar (Glacier Palace), que queda en las entrañas del “Matterhorn Glacier Paradise”; y poder disfrutar de la espectaculares vistas y sensaciones que el recorrido y el llegar a la cima te ofrecen.
¡Ay! Las palabras se me quedarán cortas para poder describirte lo maravilloso que es todo aquello. Las vistas, desde los teleféricos de cristal de los Alpes es indescriptible. Cuando por fin llegas allí te encuentras con el Palacio Glaciar y sus esculturas en hielo, el mirador del Matterhorn Glacier Paradise (a 3,883m) al que subes en el ascensor más alto del mundo, y desde donde disfrutas las vistas panorámicas más espectaculares (se puede ver montañas de Suiza, Francia e Italia, como el Mont Blanc). Proponte alguna vez en tu vida disfrutar de este regalo de la naturaleza, al que puedes acceder gracias a una infraestructura de trenes, funiculares, teleféricos y ascensores creados por el ingenio del ser humano.

Ya de regreso a Zermatt, déjate contagiar de la energía que se siente, al llenarse las calles y los bares, de los esquiadores que regresan cargados de adrenalina...Se comienza a poner el sol, y las ganas de quedarte regresan a ti...¡¡Es realmente un lugar embriagante, que te atrapa y no te quiere dejar ir!!
El regreso a Zurich es largo, pero el recuerdo del hermoso pasadía y las innumerables fotos me acompañan en el camino...¡Esa noche soñé con paisajes y aromas de montaña!....Y al viaje por Suiza aún le queda mucho por contar...

Lissette




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