La frase original proviene del latín ‘Cum Romae fueritis, Romano vivite more’ (‘Cuando a Roma fueres, como romano vivieres’, que traducido a nuestra forma actual de hablar viene a decir: Cuando vayas a Roma, vive como un romano).
La expresión “Allí donde fueres, haz lo que vieres” la relacionamos a las visitas a templos religiosos con códigos de vestimentas estrictos en países musulmanes, o budistas pero va más allá de esto, es realmente abrirse a aprender de otras culturas y formas de vivir la vida.
Indudablemente esta es una máxima en mis viajes, y diría que en mi vida en general. Es otra manera de Viajar de Oído, pues implica dejarse llevar por el momento y quizá cambiar uno que otro plan en nuestras agendas.
Imitar lo que se hace en un lugar donde vamos, o unirse a una actividad con la que nos encontramos en el lugar donde llegamos, es una aventura que generalmente se convertirá en experiencias a rememorar.
Desde unirme a un rosario en una catedral española o pasarme una tarde bailando Son en un bar de la Habana o tango en una casa de tango en Buenos Aires; pasando por cantar villancicos en francés en un restaurante parisino, pasar la bombilla de Terere o Mate, o integrarme a un grupo de personas en un parque a practicar Tai Chi…Estos son ejemplos y de eso se trata “hacer lo que veo allí donde llego”; y esta práctica me ha regalado los mejores y más novedosos momentos que guardo para los días de mecedora y me han ayudado a superar miedos, y tumbar tabúes.
El Recuerdo ese viaje, en el verano del 2020, en plena pandemia, cuando llegaba primero a Dinamarca y luego a Suecia: La sensación de quitarme la mascarilla y respirar profundamente, relajarme y disfrutar del unirme a la manera de manejar todo el tema del Covid 19 de esos países, fue una experiencia inolvidable.
La máxima “Allí donde fueras haz lo que vieras”, también me ha permitido probar platillos y bebidas locales, vestirme más adecuadamente al clima de cada lugar, así como conocer de tradiciones, aprender palabras en otro idioma o a aprenderme los pasos de bailes típicos.
Si llegas a un lugar y todos están comiendo sentados en el piso: siéntate; si comen con las manos, pues a comer con las manos. Si se quitan los zapatos , quítatelos; si se ponen a cantar, canta. Si están orando, ora; si van en procesión, únete a ella; si hacen silencio, haz una pausa y disfruta de ese silencio. Si practican un baile, anímate y aprende los pasos…Son tantas oportunidades que se abren, y que te aportarán a que puedas conocer más íntimamente el lugar que estés visitando.
Entonces, ¿te animas a hacer lo que veas allí donde vayas?
Lissette
Comentarios
Publicar un comentario