Mi ticket de tren Eurail, ya me había llevado de Madrid a Barcelona, a Paris, Hamburgo, Estocolmo, Uppsala, Helsingborg, Malmö, de vuelta a Hamburgo y de allí a Múnich.
Desde Múnich, me dirigí a Como, Italia. Un largo viaje en tren, en el que disfrutas de espectaculares vistas, y aprecias cuando pasas de un tren manejado con el rigor aleman y/o suizo, a un tren manejado con el desenfado italiano.
Como es la ciudad principal del conjunto de ciudades y pueblos que bordean el lago Como, el cual dibuja una especie de “Y” de agua en el mapa. Su centro histórico es una ciudad amurallada, dentro de la que se desarrolla la mayor parte de su actividad turística y náutica. Desde el puerto de Como, puedes embarcarte y visitar las diversas ciudades y pueblos más conocidos, y que están dispersos a todo lo largo del particular y famoso lago.
Como es una ciudad muy linda, pero demasiado turística para mi gusto. Si vuelvo a visitar el área del Lago Como, me quedaría en otro de los tantos pueblos, menos famosos y mucho más pintorescos y tranquilos, como Torno o Lecco.
Además de viajar por el lago en barco para trasladarte a los demás pueblos; puedes viajar en Tren y disfrutar de las vistas desde tierra. Lo cierto es que vale la pena ir descubriendo todo lo que el Lago Como tiene para ofrecer: Los paisajes, la Gastronomía, el ameno ambiente veraniego y el baño en las cristalinas aguas (en aquellos puntos donde es permitido).
Aún en tiempos de pandemia, entrar a Italia por Como, es entrar por la puerta grande. Mis días en los alrededores del Lago fueron deliciosamente placenteros; y una excelente manera de irme zambullendo en el característico estilo de vida italiano.
Lissette
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